sábado, 1 de diciembre de 2012

Madres adolescentes V

Conocí a Fátima hace unos años mediante una red social, y su historia me interesó desde un primer momento. Creo que siempre me han interesado mucho este tipo de historias. Ella, a pesar de ser madre tan joven ha seguido cumpliendo sus metas, por eso quizás me "picó" aún más la curiosidad de conocerla. Ahora he tenido la oportunidad de descubrir como fue esa historia tan bonita en la que de un día para otro pasó de niña a mujer, y he tenido la suerte de que me lo cuente ella en primera persona.

Fátima es una chica de Alicante que se quedó embarazada a los 15 años, es un ejemplo de superación y lucha para muchas madres adolescentes, que ha sabido salir adelante y aprender a ser madre con el paso del tiempo. 

Cuando a Fátima no le bajó la regla, enseguida se lo contó a su madre, y esta sin darle mucha importancia le dijo que no se preocupara que sería algo hormonal, que a muchas adolescentes les pasaba. Pero en realidad no era así, y finalmente Fátima fue con su madre a la farmacia a por un test de embarazo, y este confirmó lo que ambas se esperaban: ¡Estaba embarazada!

Fátima descartó todas las opciones posibles y decidió seguir adelante con su embarazo pese a que no todos los miembros de su familia estaban de acuerdo con la situación de aquella niña, pero su decisión era la más importante. 

El primer inconveniente que le apareció fue el colegio, Fátima decidió cambiar de colegio ya que quería tener  un embarazo tranquilo, y ya sabemos todos como son los niños a esas edades... Asi que Fátima decidió seguir en el instituto nocturno y así podría descansar más y llevar un ritmo de vida más tranquilo. Pese que sus padres la aconsejaron tomarse un año sabático para tener un embarazo más controlado, pero ella se negó en rotundo. Fátima siguió llendo al instituto con "sus dos mochilas" como ella me cuenta, hasta que la dirección del centro la tuvo que adelantar los examenes ya que salía de cuentas en junio. 

El 26 de mayo de 2005 nació Jaime, y ella resume ese día como el más féliz de su vida. Fátima siguió estudiando Bachiller en el instituto nocturno, para poder seguir cuidando a su hijo. Y como cualquier niña de su edad, ella acabó Bachiller y fue a la Universidad. 

Fátima ahora es licenciada en Derecho, y actualmente se está preparando para las oposiciones de judicatura. 


¿Te hubieras imaginado ser madre con tan solo 15 años?

Creo que, salvo supuestos aislados de determinadas culturas, en los planes de una niña éste hecho se escapa a la imaginación. Siempre se oyen casos, se ven programas en la tele en los que te das cuenta de que los embarazos adolescentes son una realidad; que suceden de verdad, pero es una de ésas cosas que nunca te imaginas que puede pasarte a ti. 

 ¿Desde el principio quisiste tenerlo?

En un primer momento la verdad es que te asustas. A mi parecer existe una gran desinformación en cuanto al tema del aborto y, claro, sin saber nada del asunto más vale valorar todas las opciones. No fue una decisión inmediata, pero creo que más bien fue por el propio shock, porque en el mismo momento en que entré en una de aquellas clínicas de “planificación familiar” y me explicaron en qué consistiría la intervención me negué. La gente habla y te cuentan que con una pastilla se acaba todo el “problema”, no se da más información que la mera “practicidad” que puede suponer para ciertas personas el dejar el desliz a un lado con un procedimiento tan sencillo. Así que el mismo día no lo decidí porque parece que no me di ni cuenta, pero en cuanto puse los pies en la tierra y me di cuenta de lo que tenía entre manos no dudé ni un segundo.

 ¿Cuánto tiempo llevabas con tu pareja?
Llevábamos juntos aproximadamente un año, aunque claro, una relación entre dos niños de 15 años no puede compararse ni de lejos a una relación más adulta y madura…es decir, “juntos” como pueden estar dos niños de ésa edad. Con sus discusiones, sus idas y venidas…
 
 ¿Estás a favor del aborto?

NO. Un rotundo y enorme NO. Como te dije anteriormente, creo que existe una gran desinformación respecto al aborto. La gente cree que practicar un aborto es una forma de “solucionar un problema”. No se profundiza en la realidad de las prácticas abortivas. Se aboga por un procedimiento sencillo, mediante la ingestión de una pastilla que produce el propio aborto, pero no cuentan que lo que hace esa pastilla es destruir la placenta de tal manera que el feto muere de hambre. Y ésta se supone que es la práctica menos invasiva. Imagínate ésta que consiste en la introducción de un aparato de aire a presión en el útero de la mujer que destruye en trozos al feto para, a continuación, absorberlo y tirarlo a la basura. Me parece que el aborto es egoísta e inhumano (dejando siempre a salvo ciertas cuestiones morales como los embarazos producidos por violación). Actualmente existen muchísimos medios para, o bien evitar un embarazo no deseado, o bien para evitar el aborto. Hay gente que apenas tiene recursos económicos, pero no olvidemos que para poder practicar un aborto se exige por Ley que la mujer haya sido previamente informada de las ayudas a la maternidad, prestaciones sociales y demás elementos de apoyo con los que cuenta una mujer en la sociedad en que vivimos. Y si eso no es suficiente siempre puede optarse por la adopción, dejando la posibilidad de que ésta se realice de modo abierto, lo que supone que no existe una desvinculación absoluta entre los hijos y los padres biológicos. De igual manera hay madres que trabajan duro para mantener a sus hijos y cargas familiares. Pero, como te digo, existe un gran egoísmo que empobrece enormemente los valores humanos. Resumiendo, el aborto nunca debe ser una opción, y en caso de serlo, la última.

¿El padre de Jaime te apoyaba en tu decisión? ¿Y su familia
?

Él en un primer momento me dijo que me apoyaría, aunque luego se desentendió y su familia no estaba en absoluto de acuerdo. Sucede que, gracias a Dios, yo tenía el apoyo de casi toda mi familia, además de una seguridad en mí misma suficientemente fuerte que me alejaba de cualquier idea contraria a la decisión que ya había tomado. Ahora las cosas son distintas, pues con la familia paterna de mi hijo existe una relación maravillosa y me siento realmente afortunada de tenerlos a ellos y, aún  más, de la verdadera adoración que sienten por mi hijo. 

¿Cómo es el día a día de una niña de 15 años embarazada?

Mi día a día era como el de cualquier niña de 15 años…¡pero con un barrigón enorme! Jajaja… Iba al instituto en horario nocturno, es decir, de 17 a 23 horas. Así que por las mañanas me levantaba tranquilamente (normalmente después de las 11 ), desayunaba, hacía deberes y estudiaba los días que tocaba, veía la tele y poco más. Después comíamos todos juntos (mis padres, mi hermano y yo) y a las 17 mi pobre madre me llevaba al Instituto. Al finalizar la jornada me recogía mi padre y mi madre me tenía la cena preparada…además, voy a contarte un secreto, de que me ayudaba a vestirme y desvestirme, sólo por el gusto de estar juntas cuanto más tiempo mejor. Era algo que realmente me encantaba. ¡Ahora lo echo de menos!

¿Cuál fue el momento más difícil del embarazo a nivel emocional?

Cuando te pasan cosas inesperadas que suponen un cambio muy fuerte en tu vida no te das cuenta de la gran carga emocional que puede suponer hasta que no ha pasado el tiempo. Me explico, en ese momento vives el día a día, te levantas y luchas por lo que quieres y no piensas en nada más, ni en cómos ni en porqués. Es por eso que yo, a día de hoy, sigo sin considerar que nada de lo que yo he hecho es una hazaña ni digno de admirar como muchas veces la gente me dice (que lo agradezco, por cierto). Es una situación que te toca vivir, y la vives, sales adelante sin pensar porque es la vida que te ha tocado y lo único que debes hacer es disfrutarla… La carga emocional, como te comentaba, sale tal vez más adelante pero no como la figura de “momento complicado”, sino más bien como algo sorprendente: echar la vista atrás y darte cuenta de todo el camino que has andado casi sin darte cuenta. 

 ¿Cómo viviste el nacimiento de Jaime?

Bueno, eso fue lo más grande que a una mujer le puede pasar en la vida. Recuerdo perfectamente como la semana antes de salir de cuentas estábamos en el ginecólogo mi madre, mi abuela (a la que también adoro) y yo. No era más que una revisión rutinaria, con sus monitores, sus ecografías y sus cosas para corroborar que todo seguía según lo previsto. Cuando mi ginecólogo comprobó el resultado de todas las pruebas me dijo, textualmente: “Aquí hay mucho trigo para tan poco capazo, así que la semana que viene nos vemos en el hospital a las 9 que te lo voy a sacar”. Fue la mejor noticia que podría haberme dado pues, aunque lo cierto es que tuve un embarazo fantástico sin mareos, dolores, angustias, etc., la barriga ya me pesaba muchísimo desde el sexto mes…por no hablar de las ganas que tenía de coger a mi bebé en brazos.

Así que eso hicimos. En mi familia estamos muy unidos, así que esa noticia provocó el viaje inmediato de mi familia desde Sevilla a Alicante para presenciar el momento. Ése 26 de mayo fue un día realmente intenso porque, además, coincidió con que era la graduación de mi hermano que ya finalizaba los estudios de 2ºde Bachiller y la ceremonia se celebraría ese mismo día por la tarde. De este modo, no hubo más remedio para mi familia que partir al hospital desde las 9 de la mañana de punta en blanco para acudir, después del nacimiento de Jaime y de comprobar que todo estaba bien, al evento. Esa misma mañana pusimos rumbo al hospital en un coche mi madre, mi tía, mi hermano, mi abuela y yo (como te decía estamos todos muy unidos…jaja), y allí nos esperaban el padre de Jaime, sus abuelos y sus tíos. Yo estaba muy tranquila y muy feliz porque por fin había llegado el día. De hecho, a modo de anécdota, te contaré que yo iba en el coche limándome las uñas tan ricamente…mientras el resto de ocupantes estaban nerviosísimos. Ahora, cuando a me asignaron la habitación y me prepararon para bajarme a quirófano sí lo pasé mal. Al ser una cesárea nadie puede acompañarte durante el parto, así que me bajé yo sola al quirófano. Ahí fue donde ya me asusté, recuerdo que bajé incluso llorando del miedo. Pero fue un momento porque enseguida tanto las enfermeras como mi ginecólogo me dieron una atención exquisita y se me pasaron todos los males. Me pusieron la epidural, pues hasta que el bebé no se desprenda completamente del seno materno no pueden sedarte para que no le llegue también al niño. Cuando finalmente sacaron a Jaime sólo pude verlo de espaldas ya que se lo llevaron corriendo a lavar y a vestir…no es lo mismo que un parto natural en el que el cambio del útero materno al exterior se produce paulatinamente y por eso pueden dejártelo un poquito, en la cesárea al ser tan extremo el cambio se lo llevan rápidamente. Me sentí tristísima en ese momento, pero en seguida me durmieron para coserme. Todo esto sucedió a las 12.17 del 26 de mayo de 2005. Y yo no lo pude ver hasta casi dos horas después que me desperté y me subieron a la habitación. Y allí estaban, mi príncipe y toda mi “tropa”. En cuanto llegué me lo pusieron encima y el resto del mundo desapareció para mí. Me encantaría poder describirte lo que sentí al mirarlo y tenerlo, al fin, junto a mí…pero es algo tan excepcional que jamás podré encontrar las palabras acertadas para describirlo con exactitud.


¿Pedias ayuda a tu madre?

La verdad es que no llegué nunca a pedirle ayuda porque ella siempre se me adelantaba…jajaja Una madre siempre sabe cuándo su hija está en apuros…


 

En algún momento durante los primeros días de tener a Jaime, te dio miedo la etapa nueva en la que estabas?

La verdad es que no fue miedo lo que sentí, pero sí recuerdo un día en el que sentí una tristeza absoluta por haber traído a este mundo tan degradado a una criaturita tan frágil e inocente. Fue cosa de un solo día, esas cosas raras que les da por pensar a las madres primerizas…cosas de la depresión post-parto…jajaja No, en serio, la verdad es que nunca sentí miedo. Supongo que porque nunca me ha faltado una mano a la que sujetarme en momentos más delicados y porque la vida te enseña siempre a tirar para adelante con todo. Una vez has aprendido sólo sabes andar y andar, aunque ni siquiera puedas ver el camino. 

¿Crees que una niña de 15 años está lo suficientemente preparada para ser madre?

Creo que todas las madres son primerizas por primera vez en igualdad de condiciones con independencia de su edad. Una madre que tiene su primer hijo tiene las mismas dudas tenga ella 15, 20 o 40 años. No deja de ser una etapa diferente de tu vida con las nuevas responsabilidades y cambios en la rutina que eso supone. En mi opinión la idoneidad que define el momento para ser madre no es la edad, sino la propia personalidad de la madre. Hay madres fantásticas con 15 años y madres desastrosas con 35.  

 Tu familia te ha apoyado desde el principio, ¿Quién fue la persona a la que más le costó adaptarse a la nueva situación?

La persona a la que más le costó fue indudablemente a mi padre. Soy la niña, la pequeña, siempre he sido buena estudiante y él, como padre, siempre vio mi futuro muy prometedor. Imagino que, como a cualquier padre, en ese momento le asaltaron las dudas: “¿podrá con todo esto?”, “¿Qué será de su futuro?”… Son los miedos típicos que asaltan a cualquier padre cuya hija se enfrenta a una situación delicada y desconocida. 

 Se dan muchos casos en los que cuando una adolescente se queda embarazada sus amigos la ven como un “bicho raro” e incluso le dan de lado, ¿Cómo ha sido tu experiencia respecto a esto?
Pues efectivamente eso fue lo que pasó en mi caso. Las que eran mis amigas del colegio que dejé (al que actualmente mi hijo va) dejaron de hablarme por completo. Sólo conservo a dos amigas maravillosas, pero no de aquélla época, sino de ésas que son desde los 6 años y hasta hoy. Lo cierto es que no le di apenas importancia a aquello porque realmente tenía cosas mucho más importantes en las que centrarme y ni siquiera reparé en aquella “pérdida”. 

 Cuando supiste que estabas embarazada cambiaste de colegio, ¿Qué te impulsó a tomar esta decisión?

Lo que me impulsó a cambiar de centro de estudios fue, precisamente, el deseo de querer evitar las habladurías durante mi embarazo y poder disfrutarlo sola y tranquílamente, sin tener que ser el centro de atención de todo el mundo a la hora del recreo…

Son muchas las adolescentes que dejan los estudios por miedo del que dirán si van embarazadas a clase, tú en cambio eres un ejemplo a seguir, ya que a tus 23 años te has sacado una carrera y jamás dejaste el colegio, ¿Era difícil ir a clase embarazada?

La verdad es que la decisión que tomé de cambiarme de colegio fue de lo más acertada. Aquella época, la del embarazo y el instituto fue una de las más felices de mi vida. No sentía que la gente me mirara mal ni cosas del estilo, más bien todo lo contrario, la gente me acogió con un calor y un cariño enorme que siempre agradeceré. De hecho, a día de hoy, atesoro a grandes amigas del Instituto.
 
¿Tienes algún caso cercano de “madre adolescente”?

No.

¿Cambió mucho tu vida? ¿Por qué?

El hecho de ser madre cambia necesariamente tu vida. La causa más importante es porque ahora ya no vives por ti, sino que hay alguien que te necesita y depende de ti. Te haces mucho más recelosa a la hora de cometer locuras y procuras siempre llevar una vida lo más recta posible para poder llegar a convertirte en un ejemplo digno para tu hijo. No es que yo haya sido nunca una cabra loca…jaja pero, al ser madre, pierdes interés en ciertas cosas que, tal vez, a esa edad pueden parecerte atractivas.

¿Cuándo conoces a un chico y le dices que tienes un hijo, es difícil tener una relación seria con él?

En absoluto. No sé si es que en ese sentido yo he tenido mucha suerte o que la sociedad ya ha evolucionado a la misma velocidad que la vida real, pero la verdad es que jamás he tenido problemas en ese sentido. Más bien todo lo contrario, los novios más formales que he tenido lo han querido como a un hijo: desde llevarlo al médico y recogerlo del colegio hasta la convivencia en la más íntima esfera familiar. 

¿Alguna vez te han rechazado a nivel sentimental por ser madre?
  Nunca. 


 ¿Te condiciona mucho tu día a día tener un hijo?

Yo vivo con mis padres y eso, obviamente, es un punto a mi favor. Quiero decir que, si un día quiero salir puedo dejar a mi hijo cenado y acostado e irme un rato a dar una vuelta sin problemas. Al día siguiente me levanto cuando él se despierte, le hago el desayuno, vemos los dibujos, vamos a la calle…

Sí es cierto que a la hora de estudiar es un poco complicado porque, como es normal, un niño requiere la atención de su madre en todo momento y he llegado a estudiarme unos cuantos exámenes viendo Bob Esponja…jajaja

Y, bueno, a lo mejor no viajo tanto con mis amigas, no me he ido de Erasmus, o no salgo tanto como otras chicas que no tienen un hijo, pero desde luego que vale la pena absolutamente. Como se dice: sarna con gusto no pica…si hay algo que me tenga que condicionar que sea él.
 
¿Cómo vives actualmente tu maternidad?

Ahora mismo estoy en un momento maravilloso. Jaime ya es mayor y entiende las cosas. Es genial tener conversaciones con él porque cada día te sorprendes de lo inocente y, a la vez, astuto que puede llegar a ser un niño de 7 años. No se le escapa ni una. Me siento muy orgullosa al verlo crecer tan feliz, tan lleno de vida, tan vital…y que tenga el carácter más noble del mundo. ¿Significará que no lo estoy haciendo del todo mal? Jajaja… Además, ya va “al cole de mayores”, lo que me deja bastante tiempo para dedicar a mis oposiciones, aunque luego por la tarde me vuelva loca, de nuevo, con el Conocimiento del Medio.

Escribes en un fotolog desde hace muchos años, ¿Qué fue lo que te impulsó a escribir tu historia?

Lo del fotolog comenzó como una mera diversión. Me abrí la cuenta porque tanto mi hermano como mis amigos tenían y así podíamos comentarnos las fotos, actualizaciones, etc. Parece que, un poco sin querer, te vas abriendo a la gente que va pasando por ahí. La idea no fue en ningún momento lanzar un mensaje concreto o contar una historia. Simplemente comentaba cosas del día a día, desde cómo me había salido un examen a la cosa tan graciosa que me había dicho Jaime ésa mañana. Aún hoy me sorprende de la bomba que aquello supuso, y a la vez me alegra de saber que había tantísima gente que me seguía, me leía, me apoyaba e incluso me pedía consejos. También fue una época muy bonita que siempre recordaré con cariño.
 
Hace pocos días pusiste un comentario en tu Facebook para todo aquel que opina sobre tu vida sin tener ni idea de ella, ¿Qué es lo que te pasó, para hacer esto?

No pasó nada en concreto. Yo, como puedes comprobar, no tengo ningún problema en contar las cosas o responder preguntas que puedan surgir a personas que se enteren de extractos de mi vida. Después de tanto tiempo de escuchar habladurías sobre mí y sobre mi vida por ahí y de boca, incluso, de gente que no había visto en mi vida, te acostumbras a dejar de lado todo eso y a seguir adelante como si nada. En cierto sentido te haces independiente del mundo porque tienes todo lo que quieres y con eso te sobra. Pero cuando llevas mucho tiempo luchando por lo que hoy tienes, y sigues peleando para conservarlo bien, llega un momento en el que te cansas y decides ser tú quien ponga las cartas sobre la mesa para evitar más veneno.
 Sí tuvieras que dar un consejo a una futura madre adolescente, ¿Cuál sería?

Pues le diría que luchara, que no se dejara vencer por nada y por nadie y que se puede. Se puede acabar de estudiar, sacarse una carrera y labrarse un futuro. El único truco está en querer de verdad y esforzarse cada día para conseguir cumplir tus sueños, uno detrás de otro, con la alegría de tener a tu lado lo más importante que conseguirás atesorar a lo largo de tu vida: tus hijos.

¿Qué es lo más bonito de ser madre?

T-O-D-O. Levantarte por la mañana y ver su carita durmiendo, el momento en que se despierta y te sonríe (o no, según cómo sea su despertar…jaja), los abrazos, los besos, el amor desinteresado, la fragilidad de una personita para quien eres y serás lo más importante del mundo, el orgullo de verlo crecer feliz, la certeza de saber que no se puede querer más, la plenitud de su existencia…y su vida, simplemente porque ilumina la tuya.


No hay comentarios:

Publicar un comentario