domingo, 23 de diciembre de 2012

Madres adolescentes IV


Cada año 14 millones de adolescentes se quedan embarazadas, eso es un 10% de la población. En cambio en América Latina las adolescentes embarazadas representan entre un 15 y un 20% de la población, pero un 70% de esos embarazos no son planeados. Hay una gran variación en las tasas de embarazos en las adolescentes según en el país en el que residan, dependiendo de su grado de desarrollo y su edad cultural para estar embarazadas. En 1999 en México hubo 372,000 nacimientos entre mujeres de entre 15 y 19 años, mientras que en el año 2000 esta cantidad bajó a 366,000 nacimientos. En ese mismo año en nuestra población había alrededor de 5 millones de adolescentes embarazadas de las cuales el 11.96% ya tenían algún otro hijo. Además entre 1999 y el año 2001, 4.125 adolescentes en España entre 12 y 14 años ya eran madres de un hijo. 

Los datos del Instituto Nacional de Estadística revelan que, en los años 2000 y 2008, un total de 1.290 niñas con catorce años o menos fueron madres.

La cifra se multiplica cuando se trata de quienes sí han cumplido los 15 años, pues los datos muestran que, en el mismo período, 4.119 niñas de esta edad fueron madres en España. En concreto, en 2008, último año para el que se disponen estos datos, dieron a luz un total de 177 niñas con una edad igual o inferior a 14 años, mientras que fueron más de medio millar (537) las madres de 15 años ya cumplidos.

Hace 3 años se dió el caso de una niña que, con tan sólo diez años, dio a luz a un bebé en el Hospital de Jerez, Cádiz, la Consejería para la Igualdad y Bienestar Social de la Junta de Andalucía  informó de que el padre del bebé también era menor de edad. 

La cifra se multiplica cuando se trata de quienes sí han cumplido los 15 años, pues los datos muestran que, en el mismo período, 4.119 niñas de esta edad fueron madres en España. En concreto, en 2008, último año para el que se disponen estos datos, dieron a luz un total de 177 niñas con una edad igual o inferior a 14 años, mientras que fueron más de medio millar (537) las madres de 15 años ya cumplidos.

Según datos analizados por el  IPF (Instituto de Política Familia) 

CRECIMIENTO DE LOS EMBARAZOS DE ADOLESCENTES EN ESPAÑA

Cada vez hay más embarazos en las adolescentes (29.096 embarazos en el 2007): Cada 18 minutos una adolescente menor de 20 años se queda embarazada en España.

En el 2007 se produjeron 29.096 embarazos de adolescentes de menos de 20 años de un total de 604.665 embarazos que se produjeron en España (492.527 fueron nacimientos y 112.138 terminaron en aborto)

Estos datos significa que cada 18 minutos se produce 1 embarazos de adolescentes de menos de 20 años, es decir, 80 embarazos al día.

Con un crecimiento vertiginoso en los últimos 10 años

Los embarazos de adolescentes ha crecido un 58% en los últimos 10 años pasando de ser 18.453 embarazos en 1997 a 29.096 embarazos en el 2007. En el 2007 ha crecido un 6,2 % respecto al año 2006

QUE REPRESENTA EL 7,2% DE LOS DE EUROPA

 Los embarazos de las adolescentes españolas representando ya el 7,2% de los de la UE27…

De los 404.743 embarazos de adolescentes que se produjeron en la UE, más de 29.000 correspondieron a España lo que supone el 7,2% de los embarazos de la UE

 Los embarazos de adolescentes están creciendo más rápidamente que en la media europea ya que ha pasado en apenas 10 años de representar el 4% de los embarazos de adolescentes de toda Europa a más del 7% en el 2007

1996 1999 2003 2007
Embarazos adolescentes España 18.485 19.999 23.463 29.096
Embarazos adolescentes UE27 457.101 429.515 400.763 404.743
% España/UE 4,0% 4,7% 5,9% 7,2%

Fuente: Instituto de Política Familiar (IPF) a partir de datos de Eurostat y fuentes nacionales

CADA VEZ MAS EMBARAZOS DE ADOLESCENTES TERMINAN EN ABORTO

 Más de la mitad de los embarazos (53%) de las adolescentes de menos 20 años terminaron en aborto (15.307 abortos en el 2007)…

De los 29.096 embarazos de adolescentes que se produjeron en España durante el año 2007, 13.789 fueron nacimientos y 15.307 (el 53% de los embarazos) terminaron en aborto.

En apenas 10 años (1997-2007) ha pasado de ser el 39% (39 abortos sobre cada 100 embarazos de adolescentes) al 53% (53 abortos por cada 100 embarazos)

 MUY POR ENCIMA DE LA MEDIA EUROPEA

Mientras en la Unión Europea el porcentaje de abortos frente a los embarazos de adolescentes es del 43% (43 abortos por cada 100 embarazos) en España es del 53%.

Además, mientras en Europa ha sufrido un leve crecimiento en los últimos 10 años (ha pasado del 39% al 43%) en España se ha producido una explosión (ha pasado del 39% al 53%).

Fuente: Instituto de Política Familiar (IPF) a partir de datos de Eurostat y fuentes nacionales

QUE PROVOCA UN ABORTO DE ADOLESCENTE CADA MEDIA HORA

Cada media hora (34 minutos) aborta una adolescente. Y son 42 abortos cada día.

Los 15.307 abortos de adolescentes que se realizaron en el 2007 significó que cada media hora (34 minutos) se produjese un aborto, es decir, 42 abortos al día de adolescentes

Y cada día más una niña de menos de 15 años aborta en España (500 abortos anuales)

De manera que 1 de cada 7 abortos es de mujeres de menos de 20 años (13,7% de los abortos)

lunes, 3 de diciembre de 2012

Madres adolescentes II


Etapas de la adolescencia, y su riesgo de embarazo.

1  Adolescencia temprana (10 a 13 años)
Biológicamente, este periodo en el que existen grandes cambios corporales y funcionales como la menarca. La adolescente psicológicamente comienza a perder el interés por su familia y empieza a relacionarse con personas de su mismo sexo. Intelectualmente aumentan sus habilidades cognitivas. No controla sus impulsos y se plantea metas vocacionales irreales, se empiezan a preocupar mucho por su aspecto físico. Cuando niñas que están en la adolescencia temprana se quedan embarazadas, tienen un profundo temor a los dolores del parto, no piensan en el embarazo como el cambio de ser niñas a madres si no que se preocupan más por ellas mismas que por su hijo. Se vuelven más dependientes de sus madres en lugar de en su pareja, si la tienen. Y en algunos casos cuando tienen el bebe no lo miran como su hijo, si no que les hace cargo a sus padres. 

2 Adolescencia media (14 a 16 años)
Psicológicamente es el periodo de máxima relación con su familia. Por media es el inicio de la actividad sexual; se sienten invulnerables y asumen conductas omnipotentes casi siempre generadoras de riesgo. Están muy preocupadas por su físico. Es muy común en esta adolescencia que dramaticen  la experiencia corporal y emocional, en algunos casos se independizan bastante de sus padres. Adoptando actitudes de autocuidado hacia su salud y la de su hijo. La presencia de su pareja es fundamental para ellas. Según estudios realizados por profesionales de la materia, dicen que si la embarazada no tiene pareja durante el embarazo intenta buscarse una en esos meses. 

Adolescencia tardía (17 a 19 años)
Casi no presentan cambios físicos y se aceptan como son; se acercan nuevamente a sus padres con una perspectiva más adulta y con unos valores distintos que la etapa pasada. Tiene una mayor importancia en sus relaciones íntimas. Desarrollan sus propias metas reales. En el caso de la adolescencia tardía cuando sucede un embarazo, en muchos casos es así como se formaliza una pareja y la crianza del hijo por lo general no tiene muchos inconvenientes.
Una adolescente sexualmente activa que no suele utilizar ningún método anticonceptivo, tiene un 90% de probabilidades de que se quede embarazada, con 12 años la probabilidad aumenta un 1% más. Por lo general las madres adolescentes son las que tienen más hijos.
Las causas del embarazo en la adolescencia son políticamente discutibles, con gran carga emocional y muy numerosa. Habría que evaluar cada caso en el que una niña se queda embarazada, y aunque la causa obvia y más dada en las adolescentes es el no usar métodos anticonceptivos, no siempre se da ese caso.
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Riesgo en embarazos de adolescentes:
Debido a que la adolescente está todavía en desarrollo y crecimiento, es importante saber que la pelvis todavía está creciendo, el canal del parto no tiene el tamaño definitivo, por lo que las madres adolescentes tienen más problemas en los partos.

Se observa que el riesgo de presentar complicaciones está en relación con la edad materna, siendo mayor si la edad de la mujer embarazada es menor de 15 años (en la adolescencia temprana).

Complicaciones Prenatales
  1. Anemia
  2. Hipertensión inducida por el embarazo (Preeclampsia).
  3. Complicaciones
  4. Embarazo pretérmino.
  5. Parto prolongado
  6. Complicaciones intraparto (Sufrimiento fetal, atonía uterina). Desproporción feto-pélvica.
  7. Mayor proporción de cesáreas (siendo inversamente proporcional a la edad materna).
  8. Recién nacido de bajo peso al nacer.
  9. Complicaciones Neonatales.
  10. Ictericia neonatal.
  11. Sepsis.
  12. Malformaciones congénitas (polidactilia, paladar hendido).
  13. Síndrome de dificultad respiratoria.
  14. Prematuridad.

En las embarazadas menores de 15 años el embarazo es de alto riesgo obstétrico. Este se relaciona con la pobreza, mala alimentación y mala salud antes del embarazo, aunado a un inadecuado control prenatal, y no directamente con la edad materna.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Madres adolescentes V

Conocí a Fátima hace unos años mediante una red social, y su historia me interesó desde un primer momento. Creo que siempre me han interesado mucho este tipo de historias. Ella, a pesar de ser madre tan joven ha seguido cumpliendo sus metas, por eso quizás me "picó" aún más la curiosidad de conocerla. Ahora he tenido la oportunidad de descubrir como fue esa historia tan bonita en la que de un día para otro pasó de niña a mujer, y he tenido la suerte de que me lo cuente ella en primera persona.

Fátima es una chica de Alicante que se quedó embarazada a los 15 años, es un ejemplo de superación y lucha para muchas madres adolescentes, que ha sabido salir adelante y aprender a ser madre con el paso del tiempo. 

Cuando a Fátima no le bajó la regla, enseguida se lo contó a su madre, y esta sin darle mucha importancia le dijo que no se preocupara que sería algo hormonal, que a muchas adolescentes les pasaba. Pero en realidad no era así, y finalmente Fátima fue con su madre a la farmacia a por un test de embarazo, y este confirmó lo que ambas se esperaban: ¡Estaba embarazada!

Fátima descartó todas las opciones posibles y decidió seguir adelante con su embarazo pese a que no todos los miembros de su familia estaban de acuerdo con la situación de aquella niña, pero su decisión era la más importante. 

El primer inconveniente que le apareció fue el colegio, Fátima decidió cambiar de colegio ya que quería tener  un embarazo tranquilo, y ya sabemos todos como son los niños a esas edades... Asi que Fátima decidió seguir en el instituto nocturno y así podría descansar más y llevar un ritmo de vida más tranquilo. Pese que sus padres la aconsejaron tomarse un año sabático para tener un embarazo más controlado, pero ella se negó en rotundo. Fátima siguió llendo al instituto con "sus dos mochilas" como ella me cuenta, hasta que la dirección del centro la tuvo que adelantar los examenes ya que salía de cuentas en junio. 

El 26 de mayo de 2005 nació Jaime, y ella resume ese día como el más féliz de su vida. Fátima siguió estudiando Bachiller en el instituto nocturno, para poder seguir cuidando a su hijo. Y como cualquier niña de su edad, ella acabó Bachiller y fue a la Universidad. 

Fátima ahora es licenciada en Derecho, y actualmente se está preparando para las oposiciones de judicatura. 


¿Te hubieras imaginado ser madre con tan solo 15 años?

Creo que, salvo supuestos aislados de determinadas culturas, en los planes de una niña éste hecho se escapa a la imaginación. Siempre se oyen casos, se ven programas en la tele en los que te das cuenta de que los embarazos adolescentes son una realidad; que suceden de verdad, pero es una de ésas cosas que nunca te imaginas que puede pasarte a ti. 

 ¿Desde el principio quisiste tenerlo?

En un primer momento la verdad es que te asustas. A mi parecer existe una gran desinformación en cuanto al tema del aborto y, claro, sin saber nada del asunto más vale valorar todas las opciones. No fue una decisión inmediata, pero creo que más bien fue por el propio shock, porque en el mismo momento en que entré en una de aquellas clínicas de “planificación familiar” y me explicaron en qué consistiría la intervención me negué. La gente habla y te cuentan que con una pastilla se acaba todo el “problema”, no se da más información que la mera “practicidad” que puede suponer para ciertas personas el dejar el desliz a un lado con un procedimiento tan sencillo. Así que el mismo día no lo decidí porque parece que no me di ni cuenta, pero en cuanto puse los pies en la tierra y me di cuenta de lo que tenía entre manos no dudé ni un segundo.

 ¿Cuánto tiempo llevabas con tu pareja?
Llevábamos juntos aproximadamente un año, aunque claro, una relación entre dos niños de 15 años no puede compararse ni de lejos a una relación más adulta y madura…es decir, “juntos” como pueden estar dos niños de ésa edad. Con sus discusiones, sus idas y venidas…
 
 ¿Estás a favor del aborto?

NO. Un rotundo y enorme NO. Como te dije anteriormente, creo que existe una gran desinformación respecto al aborto. La gente cree que practicar un aborto es una forma de “solucionar un problema”. No se profundiza en la realidad de las prácticas abortivas. Se aboga por un procedimiento sencillo, mediante la ingestión de una pastilla que produce el propio aborto, pero no cuentan que lo que hace esa pastilla es destruir la placenta de tal manera que el feto muere de hambre. Y ésta se supone que es la práctica menos invasiva. Imagínate ésta que consiste en la introducción de un aparato de aire a presión en el útero de la mujer que destruye en trozos al feto para, a continuación, absorberlo y tirarlo a la basura. Me parece que el aborto es egoísta e inhumano (dejando siempre a salvo ciertas cuestiones morales como los embarazos producidos por violación). Actualmente existen muchísimos medios para, o bien evitar un embarazo no deseado, o bien para evitar el aborto. Hay gente que apenas tiene recursos económicos, pero no olvidemos que para poder practicar un aborto se exige por Ley que la mujer haya sido previamente informada de las ayudas a la maternidad, prestaciones sociales y demás elementos de apoyo con los que cuenta una mujer en la sociedad en que vivimos. Y si eso no es suficiente siempre puede optarse por la adopción, dejando la posibilidad de que ésta se realice de modo abierto, lo que supone que no existe una desvinculación absoluta entre los hijos y los padres biológicos. De igual manera hay madres que trabajan duro para mantener a sus hijos y cargas familiares. Pero, como te digo, existe un gran egoísmo que empobrece enormemente los valores humanos. Resumiendo, el aborto nunca debe ser una opción, y en caso de serlo, la última.

¿El padre de Jaime te apoyaba en tu decisión? ¿Y su familia
?

Él en un primer momento me dijo que me apoyaría, aunque luego se desentendió y su familia no estaba en absoluto de acuerdo. Sucede que, gracias a Dios, yo tenía el apoyo de casi toda mi familia, además de una seguridad en mí misma suficientemente fuerte que me alejaba de cualquier idea contraria a la decisión que ya había tomado. Ahora las cosas son distintas, pues con la familia paterna de mi hijo existe una relación maravillosa y me siento realmente afortunada de tenerlos a ellos y, aún  más, de la verdadera adoración que sienten por mi hijo. 

¿Cómo es el día a día de una niña de 15 años embarazada?

Mi día a día era como el de cualquier niña de 15 años…¡pero con un barrigón enorme! Jajaja… Iba al instituto en horario nocturno, es decir, de 17 a 23 horas. Así que por las mañanas me levantaba tranquilamente (normalmente después de las 11 ), desayunaba, hacía deberes y estudiaba los días que tocaba, veía la tele y poco más. Después comíamos todos juntos (mis padres, mi hermano y yo) y a las 17 mi pobre madre me llevaba al Instituto. Al finalizar la jornada me recogía mi padre y mi madre me tenía la cena preparada…además, voy a contarte un secreto, de que me ayudaba a vestirme y desvestirme, sólo por el gusto de estar juntas cuanto más tiempo mejor. Era algo que realmente me encantaba. ¡Ahora lo echo de menos!

¿Cuál fue el momento más difícil del embarazo a nivel emocional?

Cuando te pasan cosas inesperadas que suponen un cambio muy fuerte en tu vida no te das cuenta de la gran carga emocional que puede suponer hasta que no ha pasado el tiempo. Me explico, en ese momento vives el día a día, te levantas y luchas por lo que quieres y no piensas en nada más, ni en cómos ni en porqués. Es por eso que yo, a día de hoy, sigo sin considerar que nada de lo que yo he hecho es una hazaña ni digno de admirar como muchas veces la gente me dice (que lo agradezco, por cierto). Es una situación que te toca vivir, y la vives, sales adelante sin pensar porque es la vida que te ha tocado y lo único que debes hacer es disfrutarla… La carga emocional, como te comentaba, sale tal vez más adelante pero no como la figura de “momento complicado”, sino más bien como algo sorprendente: echar la vista atrás y darte cuenta de todo el camino que has andado casi sin darte cuenta. 

 ¿Cómo viviste el nacimiento de Jaime?

Bueno, eso fue lo más grande que a una mujer le puede pasar en la vida. Recuerdo perfectamente como la semana antes de salir de cuentas estábamos en el ginecólogo mi madre, mi abuela (a la que también adoro) y yo. No era más que una revisión rutinaria, con sus monitores, sus ecografías y sus cosas para corroborar que todo seguía según lo previsto. Cuando mi ginecólogo comprobó el resultado de todas las pruebas me dijo, textualmente: “Aquí hay mucho trigo para tan poco capazo, así que la semana que viene nos vemos en el hospital a las 9 que te lo voy a sacar”. Fue la mejor noticia que podría haberme dado pues, aunque lo cierto es que tuve un embarazo fantástico sin mareos, dolores, angustias, etc., la barriga ya me pesaba muchísimo desde el sexto mes…por no hablar de las ganas que tenía de coger a mi bebé en brazos.

Así que eso hicimos. En mi familia estamos muy unidos, así que esa noticia provocó el viaje inmediato de mi familia desde Sevilla a Alicante para presenciar el momento. Ése 26 de mayo fue un día realmente intenso porque, además, coincidió con que era la graduación de mi hermano que ya finalizaba los estudios de 2ºde Bachiller y la ceremonia se celebraría ese mismo día por la tarde. De este modo, no hubo más remedio para mi familia que partir al hospital desde las 9 de la mañana de punta en blanco para acudir, después del nacimiento de Jaime y de comprobar que todo estaba bien, al evento. Esa misma mañana pusimos rumbo al hospital en un coche mi madre, mi tía, mi hermano, mi abuela y yo (como te decía estamos todos muy unidos…jaja), y allí nos esperaban el padre de Jaime, sus abuelos y sus tíos. Yo estaba muy tranquila y muy feliz porque por fin había llegado el día. De hecho, a modo de anécdota, te contaré que yo iba en el coche limándome las uñas tan ricamente…mientras el resto de ocupantes estaban nerviosísimos. Ahora, cuando a me asignaron la habitación y me prepararon para bajarme a quirófano sí lo pasé mal. Al ser una cesárea nadie puede acompañarte durante el parto, así que me bajé yo sola al quirófano. Ahí fue donde ya me asusté, recuerdo que bajé incluso llorando del miedo. Pero fue un momento porque enseguida tanto las enfermeras como mi ginecólogo me dieron una atención exquisita y se me pasaron todos los males. Me pusieron la epidural, pues hasta que el bebé no se desprenda completamente del seno materno no pueden sedarte para que no le llegue también al niño. Cuando finalmente sacaron a Jaime sólo pude verlo de espaldas ya que se lo llevaron corriendo a lavar y a vestir…no es lo mismo que un parto natural en el que el cambio del útero materno al exterior se produce paulatinamente y por eso pueden dejártelo un poquito, en la cesárea al ser tan extremo el cambio se lo llevan rápidamente. Me sentí tristísima en ese momento, pero en seguida me durmieron para coserme. Todo esto sucedió a las 12.17 del 26 de mayo de 2005. Y yo no lo pude ver hasta casi dos horas después que me desperté y me subieron a la habitación. Y allí estaban, mi príncipe y toda mi “tropa”. En cuanto llegué me lo pusieron encima y el resto del mundo desapareció para mí. Me encantaría poder describirte lo que sentí al mirarlo y tenerlo, al fin, junto a mí…pero es algo tan excepcional que jamás podré encontrar las palabras acertadas para describirlo con exactitud.


¿Pedias ayuda a tu madre?

La verdad es que no llegué nunca a pedirle ayuda porque ella siempre se me adelantaba…jajaja Una madre siempre sabe cuándo su hija está en apuros…


 

En algún momento durante los primeros días de tener a Jaime, te dio miedo la etapa nueva en la que estabas?

La verdad es que no fue miedo lo que sentí, pero sí recuerdo un día en el que sentí una tristeza absoluta por haber traído a este mundo tan degradado a una criaturita tan frágil e inocente. Fue cosa de un solo día, esas cosas raras que les da por pensar a las madres primerizas…cosas de la depresión post-parto…jajaja No, en serio, la verdad es que nunca sentí miedo. Supongo que porque nunca me ha faltado una mano a la que sujetarme en momentos más delicados y porque la vida te enseña siempre a tirar para adelante con todo. Una vez has aprendido sólo sabes andar y andar, aunque ni siquiera puedas ver el camino. 

¿Crees que una niña de 15 años está lo suficientemente preparada para ser madre?

Creo que todas las madres son primerizas por primera vez en igualdad de condiciones con independencia de su edad. Una madre que tiene su primer hijo tiene las mismas dudas tenga ella 15, 20 o 40 años. No deja de ser una etapa diferente de tu vida con las nuevas responsabilidades y cambios en la rutina que eso supone. En mi opinión la idoneidad que define el momento para ser madre no es la edad, sino la propia personalidad de la madre. Hay madres fantásticas con 15 años y madres desastrosas con 35.  

 Tu familia te ha apoyado desde el principio, ¿Quién fue la persona a la que más le costó adaptarse a la nueva situación?

La persona a la que más le costó fue indudablemente a mi padre. Soy la niña, la pequeña, siempre he sido buena estudiante y él, como padre, siempre vio mi futuro muy prometedor. Imagino que, como a cualquier padre, en ese momento le asaltaron las dudas: “¿podrá con todo esto?”, “¿Qué será de su futuro?”… Son los miedos típicos que asaltan a cualquier padre cuya hija se enfrenta a una situación delicada y desconocida. 

 Se dan muchos casos en los que cuando una adolescente se queda embarazada sus amigos la ven como un “bicho raro” e incluso le dan de lado, ¿Cómo ha sido tu experiencia respecto a esto?
Pues efectivamente eso fue lo que pasó en mi caso. Las que eran mis amigas del colegio que dejé (al que actualmente mi hijo va) dejaron de hablarme por completo. Sólo conservo a dos amigas maravillosas, pero no de aquélla época, sino de ésas que son desde los 6 años y hasta hoy. Lo cierto es que no le di apenas importancia a aquello porque realmente tenía cosas mucho más importantes en las que centrarme y ni siquiera reparé en aquella “pérdida”. 

 Cuando supiste que estabas embarazada cambiaste de colegio, ¿Qué te impulsó a tomar esta decisión?

Lo que me impulsó a cambiar de centro de estudios fue, precisamente, el deseo de querer evitar las habladurías durante mi embarazo y poder disfrutarlo sola y tranquílamente, sin tener que ser el centro de atención de todo el mundo a la hora del recreo…

Son muchas las adolescentes que dejan los estudios por miedo del que dirán si van embarazadas a clase, tú en cambio eres un ejemplo a seguir, ya que a tus 23 años te has sacado una carrera y jamás dejaste el colegio, ¿Era difícil ir a clase embarazada?

La verdad es que la decisión que tomé de cambiarme de colegio fue de lo más acertada. Aquella época, la del embarazo y el instituto fue una de las más felices de mi vida. No sentía que la gente me mirara mal ni cosas del estilo, más bien todo lo contrario, la gente me acogió con un calor y un cariño enorme que siempre agradeceré. De hecho, a día de hoy, atesoro a grandes amigas del Instituto.
 
¿Tienes algún caso cercano de “madre adolescente”?

No.

¿Cambió mucho tu vida? ¿Por qué?

El hecho de ser madre cambia necesariamente tu vida. La causa más importante es porque ahora ya no vives por ti, sino que hay alguien que te necesita y depende de ti. Te haces mucho más recelosa a la hora de cometer locuras y procuras siempre llevar una vida lo más recta posible para poder llegar a convertirte en un ejemplo digno para tu hijo. No es que yo haya sido nunca una cabra loca…jaja pero, al ser madre, pierdes interés en ciertas cosas que, tal vez, a esa edad pueden parecerte atractivas.

¿Cuándo conoces a un chico y le dices que tienes un hijo, es difícil tener una relación seria con él?

En absoluto. No sé si es que en ese sentido yo he tenido mucha suerte o que la sociedad ya ha evolucionado a la misma velocidad que la vida real, pero la verdad es que jamás he tenido problemas en ese sentido. Más bien todo lo contrario, los novios más formales que he tenido lo han querido como a un hijo: desde llevarlo al médico y recogerlo del colegio hasta la convivencia en la más íntima esfera familiar. 

¿Alguna vez te han rechazado a nivel sentimental por ser madre?
  Nunca. 


 ¿Te condiciona mucho tu día a día tener un hijo?

Yo vivo con mis padres y eso, obviamente, es un punto a mi favor. Quiero decir que, si un día quiero salir puedo dejar a mi hijo cenado y acostado e irme un rato a dar una vuelta sin problemas. Al día siguiente me levanto cuando él se despierte, le hago el desayuno, vemos los dibujos, vamos a la calle…

Sí es cierto que a la hora de estudiar es un poco complicado porque, como es normal, un niño requiere la atención de su madre en todo momento y he llegado a estudiarme unos cuantos exámenes viendo Bob Esponja…jajaja

Y, bueno, a lo mejor no viajo tanto con mis amigas, no me he ido de Erasmus, o no salgo tanto como otras chicas que no tienen un hijo, pero desde luego que vale la pena absolutamente. Como se dice: sarna con gusto no pica…si hay algo que me tenga que condicionar que sea él.
 
¿Cómo vives actualmente tu maternidad?

Ahora mismo estoy en un momento maravilloso. Jaime ya es mayor y entiende las cosas. Es genial tener conversaciones con él porque cada día te sorprendes de lo inocente y, a la vez, astuto que puede llegar a ser un niño de 7 años. No se le escapa ni una. Me siento muy orgullosa al verlo crecer tan feliz, tan lleno de vida, tan vital…y que tenga el carácter más noble del mundo. ¿Significará que no lo estoy haciendo del todo mal? Jajaja… Además, ya va “al cole de mayores”, lo que me deja bastante tiempo para dedicar a mis oposiciones, aunque luego por la tarde me vuelva loca, de nuevo, con el Conocimiento del Medio.

Escribes en un fotolog desde hace muchos años, ¿Qué fue lo que te impulsó a escribir tu historia?

Lo del fotolog comenzó como una mera diversión. Me abrí la cuenta porque tanto mi hermano como mis amigos tenían y así podíamos comentarnos las fotos, actualizaciones, etc. Parece que, un poco sin querer, te vas abriendo a la gente que va pasando por ahí. La idea no fue en ningún momento lanzar un mensaje concreto o contar una historia. Simplemente comentaba cosas del día a día, desde cómo me había salido un examen a la cosa tan graciosa que me había dicho Jaime ésa mañana. Aún hoy me sorprende de la bomba que aquello supuso, y a la vez me alegra de saber que había tantísima gente que me seguía, me leía, me apoyaba e incluso me pedía consejos. También fue una época muy bonita que siempre recordaré con cariño.
 
Hace pocos días pusiste un comentario en tu Facebook para todo aquel que opina sobre tu vida sin tener ni idea de ella, ¿Qué es lo que te pasó, para hacer esto?

No pasó nada en concreto. Yo, como puedes comprobar, no tengo ningún problema en contar las cosas o responder preguntas que puedan surgir a personas que se enteren de extractos de mi vida. Después de tanto tiempo de escuchar habladurías sobre mí y sobre mi vida por ahí y de boca, incluso, de gente que no había visto en mi vida, te acostumbras a dejar de lado todo eso y a seguir adelante como si nada. En cierto sentido te haces independiente del mundo porque tienes todo lo que quieres y con eso te sobra. Pero cuando llevas mucho tiempo luchando por lo que hoy tienes, y sigues peleando para conservarlo bien, llega un momento en el que te cansas y decides ser tú quien ponga las cartas sobre la mesa para evitar más veneno.
 Sí tuvieras que dar un consejo a una futura madre adolescente, ¿Cuál sería?

Pues le diría que luchara, que no se dejara vencer por nada y por nadie y que se puede. Se puede acabar de estudiar, sacarse una carrera y labrarse un futuro. El único truco está en querer de verdad y esforzarse cada día para conseguir cumplir tus sueños, uno detrás de otro, con la alegría de tener a tu lado lo más importante que conseguirás atesorar a lo largo de tu vida: tus hijos.

¿Qué es lo más bonito de ser madre?

T-O-D-O. Levantarte por la mañana y ver su carita durmiendo, el momento en que se despierta y te sonríe (o no, según cómo sea su despertar…jaja), los abrazos, los besos, el amor desinteresado, la fragilidad de una personita para quien eres y serás lo más importante del mundo, el orgullo de verlo crecer feliz, la certeza de saber que no se puede querer más, la plenitud de su existencia…y su vida, simplemente porque ilumina la tuya.


lunes, 26 de noviembre de 2012

Madre adolescente III


Embarazos adolescentes como consecuencia de violaciones

Un número considerable de embarazos en la adolescencia es por violación. Bajo la denominación de abuso sexual se incluyen: abuso deshonesto, el coito forzado y, en algunos países, el coito entre un adulto y una menor de 12 años. 

Según estudios de la policía en países como Chile, Honduras, Nicaragua y Ecuador, aseguran que, entre el 59 y 69% de las violaciones y entre los 43 y 93% de los abusos deshonestos, ocurren en menores de 20 años. Las encuestas escolares en Chile, Costa Rica y Panamá, se encontró que, entre el 6,1 y 40% de las adolescentes entre 16 y 19 años, sufrieron al menos un abuso sexual. En EE.UU. en 1998 se comprobó que, entre el 18 y 60% de los embarazos en adolescentes, fueron producidos por violación. Y en el mismo año, en Costa Rica, el 14% de los embarazos en menores de 14 años, y eran producto de violaciones. Los factores asociados revelan que un 55% de las violaciones de adolescentes son intrafamiliares (padre, padrastro, otros parientes y conocidos de la familia)
Una de las regiones más afectadas por este problema es Centroamérica, donde Nicaragua encabeza la lista, ya que el 27% de las nicaragüenses que tienen entre 15 y 19 años son madres debido a una violación. 

El problema mayor de todo esto es que en muchas culturas el aborto no es legal, aunque sea por violación. Y muchas niñas tienen que vivir toda la vida con la terrible historia de haber sido violada y haber concebido un niño por esta violación. En el 30% de los casos son niños poco queridos por sus madres ya que para ellas es la representación carnal de su agresor, y les excluyen de su vida, teniéndose que hacer cargo asuntos sociales o los propios familiares de la madre. En cambio en países como España, Brasil y Colombia, el aborto por violación ya es legal.

Andrea Homene, autora del libro Psicoanálisis en las trincheras. Práctica analítica y derecho penal (ed. Letra Viva). Escribío hace un par de años en una página web, una historia espeluznante de una niña que quería quitarse la vida porque su madre no la quería por ser fruto de una violación:

“Yo soy eso que le pasó a mi mamá”

Madrugada de invierno en la guardia de un hospital público. Una norma implícita dice que nadie puede mencionar que la guardia viene tranquila, no vaya a ser que todo cambie de pronto. Cábalas de trabajadores de la salud. Y efectivamente, luego de pensar en que tal vez la jornada termine sin más sobresaltos se escucha la sirena de un patrullero seguida del sonido de la ambulancia. Ingresan una camilla con una joven adolescente, con ataduras caseras en sus muñecas. Sangra mucho, rápidamente la ubicamos en el shock room y los cirujanos corren a atenderla. Carolina ha intentado suicidarse. No es la primera vez, nos cuenta un familiar presa de la angustia. Lo hace a menudo, y es probable que un día consiga quitarse la vida.

Al día siguiente, pasada la urgencia clínica, la entrevisto. Carolina tiene 16 años. Cuenta que desde muy chica siente muchas ganas de matarse; que desde los doce años lo intenta, y que lamenta que esta vez la descubrieran cuando se había encerrado en el baño. Ha probado ya distintas maneras de quitarse la vida y asegura que la próxima vez no va a fallar. Habla de su madre: “Nunca me quiso”; “De parte de ella, sólo he sentido odio”. No soporta la mirada de la madre, que describe como “de desprecio”. Dice que no tiene fotos de bebé; mejor dicho, no tiene ninguna foto. Y que, de tanto preguntarse y preguntar los motivos por los que siempre se ha sentido sola y vacía, finalmente su madre le confesó lo que era un secreto bien guardado pero mal disimulado: Carolina es producto de la violación de su madre.

Un familiar cercano, ya muerto, abusó sexualmente de la madre, a los 14 años, cuantas veces quiso, hasta que la dejó embarazada. Su madre, continúa Carolina, no supo qué hacer. No quería tenerla, ocultó el embarazo hasta que la panza resultó evidente. Cuando el padre de la madre se enteró, le dio una paliza, descreyendo de lo que ella le había contado sobre las violaciones. Después, quiso regalar a Carolina, pero no la dejaron. Así fue como se la quedó, sin ninguna posibilidad de hacer de “eso”, producto de la violación, una niña hija de algún deseo. “Eso.” Así es como se nombra Carolina: “Yo soy eso que le pasó a mi mamá, y no quiero vivir más”.

La Corte Suprema de Justicia de la Nación acaba de emitir un fallo en el que admite que no sea castigada una adolescente que había sido violada y que, como consecuencia de esa violación, quedó embarazada y decidió abortar. Asimismo, quedan exentos de consecuencias penales los médicos que lo practiquen, con el consentimiento otorgado por la mujer mediante una declaración jurada, sin requerir de autorización judicial. En otros casos, la judicialización ha derivado en la imposibilidad de consumar el aborto, debido a que al producirse los fallos el embarazo estaba tan avanzado que ya era imposible.

Como se ve en el caso presentado, la violación no sólo trae consecuencias tremendas para el psiquismo de la mujer violada: también tiene consecuencias sobre el hijo, producto de la violación, en relación con el lugar que ha de ocupar en el deseo materno; en relación con esas miradas, a veces odiantes, a veces despectivas, a veces hasta piadosas, de las que el niño puede ser objeto sin saber consciente que las decodifique.

No debiera desconocerse –por respeto a la dignidad, al deseo– que la ausencia absoluta de un deseo vital del que sostenerse puede hacer que la vida de un niño, resultado de una violación, esté signada por lo mortífero. Carolina lo pone en acto. Quiere matarse, no hay vida posible para ella. Su marca de origen signa su destino y la condena a vivir con un inmenso pesar que le resulta insoportable. Nadie quiso que ella viviera; ella tampoco quiere. Es el recuerdo permanente del horror padecido.

El fallo de la Corte sienta las bases para el tratamiento del aborto no punible en el Congreso. El debate está abierto, pero resulta imprescindible oír la voz de los mudos: las mujeres violadas, los hijos producto de esa violación, su sufrimiento, el sentimiento de culpa que los invade, la vergüenza que sienten al contarlo, como si ellos, los hijos, fueran responsables del acto aberrante que les dio origen.